Flamenca es un cuento de mi ultimo libro "Leyendas Urbanas" que es todavia disponible en internet (Amazon.es, El Corte Inglés y muchos mas) como Ebook, espero que os guste.
Flamenca
Era allí, en el centro de su habitación. Su espalda blanca, derribada
en el suelo, frio y desarmante. Su rosto quería mirar el cielo, claro y azul,
pero sus ojos eran cerrados, como en una prisión, sin ninguna oportunidad para
escapar. El cuarto era oscuro, pero todavía de la cortina entraba un poco de
luz. De una típica y calurosa mañana de verano, que se acababa de empezar.
El mundo fuera empanzaba a la vida, pero ella partencia dejarse morir.
Inmóvil, parada, sin fuerzas. Palencia sin voluntad de luchar, y abandonada a
la derrota.
Otra derrota!
Sus pelos negros vivos, con algunos mechones blanco, que hacían
entender su verdadera edad. Eran puestos en modo confundido en el suelo. Como
una medusa: Cansada y perdida. Su cuerpo desnudo no daba señal de vida. Partencia
muerto, o cansado, a lo mejor lleno de alcohol, o algunas drogas tomata a la
larga noche anterior.
Ella era allí, inmóvil, parada, después otra derrota.
Todo el mundo la conocía como Flamenca. Pero su verdadero nombre era María.
Un nombre muy tranquilizador, dulce y tradicionalista. Quizás todo lo que ella
nunca fue. Casi una ofensa, o un reproche que su padres le hicieron cuando nascí.
Flamenca de niña era muy tímida, tranquila y reservada. Irreconocible
para quien la conocía al tiempo. Hoy en cambio, es una mujer con mucho
sufrimiento y dolor. Toda esta violencia se convirtió en ella en odio profundo
y desperación. Desafortunadamente la ley del universo quieren que al daño recibido
se responda con el amor, para recibir en cambio amor, y no nuevo odio.
Flamenca parecía castigata del juicio de Dios, que no le dejaba una
solución, porque cuando llega revela cada cosa, castiga las mentiras y exalta
la verdad. Hace caer las ilusiones, haciendo añicos de ellas, salvando solo lo
que es, y que no se puede cambiar.
Y para sobrevivir al juicio, se tiene que estar con la verdad, y quizás
Flamenca en la verdad nunca lo fue.
Todo este oscuro silencio, fue roto de un sonido agudo de un móvil, y
la voz de una niña que llamaba a su mamá.
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